Español: Escudo de armas del arzobispo español Jaume Pujol Balcells, Arzobispo de Tarragona.
La forma de la embocadura es una de las propias de la Heráldica catalana. La leve disminución de las particiones segunda y cuarta obedece a un signo –reconocido por diversas escuelas heráldicas- de aumentar todavía más la importancia y la carga simbólica de las otras dos particiones.
La primera parte del escudo presenta, sobre campo de gules (rojo), una tau de plata. El conjunto representa la archidiócesis tarraconense.
La segunda parte del escudo ofrece, sobre campo de oro, tres fajas en onda de azur (azul), sobremontadas (surmontadas) de una cruz de sable (negro). Se trata del escudo de armas de Guissona, villa nativa del nuevo arzobispo de Tarragona.
La tercera parte (sobre campo de oro, un mar de azur y plata, sobremontado de tres llamas de gules) hace referencia también a la archidiócesis. Las tres llamas simbolizan el martirio de san Fructuoso y sus diáconos san Augurio y san Eulogio. El mar tiene diversas significaciones. En este caso: en su orilla sufrieron martirio los santos obispo y diáconos; también, según una tradición venerable y bien atendible, por mar llegó san Pablo a Tarragona para predicar la palabra de Dios, y la devoción a santa Tecla; finalmente, simboliza la abertura y la amplitud de horizontes.
La cuarta parte nos muestra sobre campo de azur unas colinas serradas de plata cimado la más alta con una sierra de oro, sobremontado todo por un libro abierto de plata. Esta división, además de una reinterpretación del escudo familiar de Mons. Pujol, hace referencia a la catalanidad y simboliza también su devoción hacia la Madre de Dios de Montserrat. El libro, que significa el Evangelio, sobremontado las colinas, indica la urgencia de extender la buena nueva de Jesús por todo nuestro país.
En lo que respecta a las guarniciones exteriores, vienen marcados por los que corresponden a la sede tarraconense. Así, hay que decir que la cruz de oro con dos travesaños es la que corresponde a los arzobispos. El palio es un ornamento propio y exclusivo de los metropolitanos. Respecto al timbre, éste consiste en un sombrero verde del cual cuelgan dos cordones verdes (uno a cada lado del escudo) con quince bordas cada uno, propio de los arzobispos primados que no son cardenales.
En cuanto a la divisa Quae audisti doce (Enseña lo que has escuchado), hace referencia a la urgencia de evangelizar y está sacada de la segunda carta de san Pablo a Timoteo (2 Tm 2,2).
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